Las nociones de «sexo», «género», «sexualidad» y «relaciones de género» no son unívocas, y sus significados son terreno frecuente de luchas de poder. El conflicto se agudiza por falta de una debida distinción entre el plano teórico y el ideológico-político. En el debate propiamente científico se generan con frecuencia posiciones netas («pro-género» y «anti-género»), que no encuentran puntos de diálogo por una comprensión insuficiente de las distintas posiciones, por no colocar la discusión en los niveles adecuados y porque surgen de universos conceptuales radicalmente distintos. Con la intención de abrir perspectivas de diálogo en este ámbito tan delicado, este trabajo muestra la heterogeneidad de las teorías de género, evidenciando la diversidad de sus planteamientos y presupuestos. La consideración de las categorías filosóficas que subyacen a tales teorías ilumina cuestiones que raramente forman parte del debate académico en torno a este tema, pero que resulta fundamental. La clasificación de las teorías en seis modelos constituye otra herramienta útil de análisis, que hasta ahora ha faltado en el ámbito científico. Se rescata así lo que estas teorías aportan para la visión cristiana de la sexualidad, y se reconocen algunos aspectos positivos de la postmodernidad. Aunque esta investigación no pueda considerarse en modo alguno completa, ofrece un método y abre perspectivas que podrían ser exploradas en el futuro.